Objetivo: mejorar la seguridad del paciente

Fundación FIDISP y Fundación Mayores de Hoy, en colaboración con el Grupo SENDA, han celebrado el “I Curso en Seguridad del Paciente para centros geriátricos y sociosanitarios,” que ha tenido lugar en Madrid. La presidenta de la Fundación Mayores de Hoy, Matilde Pelegrí, y el director de Fundación FIDISP, Santiago Tomás, han sido los encargados de inaugurar esta actividad formativa que ha estado dirigida a profesionales de unidades de geriatría, centros geriátricos y sociosanitarios, que asumen o vayan a asumir competencias en la gestión de seguridad del paciente, así como a directores o gerentes de organizaciones sociosanitarias interesados en poner en marcha iniciativas para reducir los riesgos derivados de la asistencia.

Matilde Pelegrí ha explicado que en una sociedad donde la población mayor es cada vez más numerosa, “los centros de atención a mayores tienen una responsabilidad ineludible con la seguridad del paciente”. En este sentido, esta actividad formativa especializada “constituye una referencia para todos aquellos profesionales y centros sociosanitarios que estén implicados en mejorar la atención de sus usuarios”.

Por su parte, Santiago Tomás ha insistido en que la seguridad del paciente en el ámbito geriátrico es una realidad que contemplan las autoridades sanitarias. Por tanto, “tiene sentido que los profesionales del sector aumenten la sensibilidad, comiencen a interesarse y adquieran conocimientos sobre lo que implica esta seguridad”. Según este experto, “los riesgos en el cuidado existen, pero podemos intervenir y controlarlos”. De este modo, “se brindará un cuidado más eficaz y de calidad a los ciudadanos y se conseguiría un mayor ahorro al Sistema Nacional de Salud, que actualmente tiene un gasto de 2.474 millones de euros anuales, como consecuencia de errores en seguridad del paciente”, ha constatado el director de Fundación FIDISP.

Asimismo, Santiago Tomás ha puntualizado que los errores en la medicación, las caídas, las infecciones y las úlceras por presión son los principales riesgos de seguridad que deben tenerse en cuenta en las residencias. En concreto, ha destacado que hasta el 50% de los problemas de seguridad en las personas mayores están relacionados con la medicación. Para solventar todas estas cuestiones, “es necesario poner en marcha modelos de gestión de riesgos en los centros desde las organizaciones, pero también puede ser una iniciativa de los profesionales”.

El director de Fundación FIDISP ha mostrado durante el curso cómo iniciar una gestión de riesgos e implantar prácticas seguras.

El geriatra y experto en seguridad del paciente en el ámbito sociosanitario, Sebastián Santaeugenia, ha señalado que “la seguridad del paciente está en la base de los pilares de la atención, sin embargo,  las actividades formativas son escasas, y existe, en general, poca cultura de la seguridad”.

En su opinión, entre las barreras que dificultan la evolución y mejor consideración de la seguridad del paciente está el miedo, por parte de los profesionales, al reproche y la “culpabilización”, que les convierte en “segundas víctimas”. Por eso, ha reiterado la necesidad de “aprender de los errores para mejorar, algo que pasa por notificar los eventos adversos y analizar, no tanto el quién, sino el cuándo, cómo y dónde”.

Discriminación y seguridad

El catedrático emérito de Geriatría de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM), José Manuel Ribera Casado, ha clausurado el evento con su conferencia “Discriminación por edad. Una realidad”. Durante su exposición, ha confirmado que existe la discriminación por edad, tanto en el campo social como en el sanitario, “lo que constituye una agresión a la seguridad del ciudadano”. De hecho, “se trata de un fenómeno tan extendido como poco valorado e incluso ignorado en nuestra sociedad”, ha indicado.

Además, ha constatado que los profesionales son conscientes de estas situaciones de discriminación, así como los propios ciudadanos, aunque estos últimos en menor medida, probablemente, “porque han sido educados en la resignación”.

Para terminar, el doctor Ribera Casado ha declarado que “hay que luchar contra ello y la mejor manera de hacerlo es la educación de la ciudadanía, en general (incluidos los propios interesados y sus familiares), y la de los profesionales, en particular”.