Los otros museos

Instrumentos de tortura que usaba  la Inquisición, o de música del s. XIII, visitar una mina asturiana, o descubrir todo sobre los bandoleros, es lo que nos ofrecen numerosos museos repartidos por toda España.

Andalucía

En una dársena de Palos de la Frontera (Huelva) recalan la Pinta, la Niña y la Santa María. Es el Museo de las Carabelas. Los visitantes pueden subir a bordo y recorrer sus camarotes y bodegas. Alrededor del muelle se han reconstruido ambientes de la primera isla del Nuevo Mundo y de un pueblo medieval que recrea cómo era la vida en Huelva en la época del Descubrimiento.

Juan José Mingolla, Pasos Largos, muerto en 1934, fue el último bandolero andaluz. Con él terminó una historia de crimen y extorsión que abarcó los siglos XIX y XX, etapa que se recoge en el Museo del Bandolero en Ronda (Málaga). Incluye reproducciones de escondites de famosos bandoleros como Tempranillo, Diego Corrientes o Pernales.

Estepa, capital del mantecado. La localidad sevillana inicia en verano la fabricación de estos dulces para tenerlos listos en Navidad, Gran parte de la economía del pueblo depende esta industria y es por ello que se puso en marcha este Museo del Mantecado. Situado en el antiguo Convento de Santa Clara, tiene dos salas. En la primera se reproduce una antigua factoría como las que había en Estepa. La segunda sala es un recorrido histórico a través de fotografías de la localidad y de la producción de mantecados.

Abierto desde 1999, el Museo de Carruajes está dedicado al mundo de los coches de caballo. Situado en la plaza de Cuba, en el antiguo Muelle de Mulas en el barrio sevillano de los Remedios, el museo está alojado en lo que fuera un convento desde el siglo XVI, siendo sede también del Real Club de Enganches de Andalucía.

Asturias

Excepcional es el Museo de la Minería y de la Industria de Asturias,  en El Entrego, en el concejo asturiano de San Martín del Rey Aurelio. El visitante discurre por espacios que enseñan las tecnologías del siglo XVI, la sala de lámparas, maquetas a escala real, reproducción de la mina, la enfermería, los servicios de salvamento o la industria de explosivos. Todo ello está enclavado en un edificio circular, con jaula incluida y visita a la mina.

Sin salir de Asturias en el concejo de Caso, se encuentra el Museo de la Madera y la Madreña, próximo a la Reserva Natural y Reserva de la Biosfera del Parque de Redes, un privilegiado emplazamiento donde descubrir y disfrutar de las distintas especies arbóreas de la zona, como el fresno, el roble, el castaño o el haya. La visita es también una magnífica oportunidad de conocer el oficio de los madreñes in situ. Antiguamente Caso abastecía el mercado astur con unos 50.000 pares de madreñes al año, hoy esta artesanía es casi un culto.

Canarias

Único en Europa es el Museo del Plátano en Tazacorte (isla de La Palma). Un siglo de historia alrededor de la industria platanera está repartido en las dos plantas de una tradicional casona canaria, rodeada por infinidad de plataneras cuyos cultivos se extienden hasta la costa. Exhibe herramientas con un siglo de antigüedad, la primera sulfatadora empleada en el pueblo y las técnicas actuales. El visitante puede aprovechar el viaje y visitar también el Museo del Mojo y del licor de Café, productos ambos de arraigada tradición en la gastronomía canaria.

La localidad de Las Salinas, en el municipio de Antigua (Fuerteventura), está íntimamente ligada a la producción de la sal. Su Museo de la Sal, enclavado en el entorno natural de las salinas de El Carmen, permite además contemplar el hábitat donde nidifican multitud de aves migratorias.

Cantabria

Uno de los lugares más extravagantes de la geografía museística de España es la colección de aparatos de tortura que existe en la villa cántabra de Santillana del Mar. La oscura etapa de la Inquisición forma parte de un conjunto de inventos brutales destinados a la confesión por la fuerza, pero también este Museo de la Inquisición y la Tortura, exhibe otros muchos instrumentos utilizados por las autoridades de toda Europa.

Castilla y León

En Urueña (Valladolid), el Museo de la Música, muestra más de 500 instrumentos procedente de los fondos que integran la colección completa (1.200) de Luis Delgado. Instrumentos de todos los continentes y épocas, como Cítolas, Psalterio de Brazo, Fídula y arco o Rabel y arco del siglo XIII. En esta misma villa la Fundación Joaquín Díaz alberga también varias colecciones de de instrumentos musicales. Pero además reúne también en su sede, el Museo de Campanas y el Museo de gramófonos.

El chocolate empezó siendo un manjar de los reyes y de la corte española y luego se extendió por toda Europa. Por su posición geoestratégica en la Vía de la Plata,  la localidad de Astorga (León) se convirtió en un importante centro de producción de cacao. Visitar su Museo del Chocolate supone conocer detalles muy golosos de lo que fue una importante industria entre los siglos XVIII y XIX.

Una peculiar familia se aloja desde 1848 en el Salón de los Obreros de la villa Puebla de Sanabria (Zamora). Es la colección que integra el Museo de Gigantes y Cabezudos, formada por 32 figuras que salen a desfilar a la calle como preludio de las fiestas de septiembre. Dos monumentales imágenes de la Negra y el Chino constituyen una referencia cultural para los habitantes de este pueblo medieval.

Cataluña

En la costa mediterránea, en Castell d’Aro (Girona), desde 1997 abre sus puertas el coqueto Museo de Muñecas. Piezas de todos los países del mundo realizadas con cáscara de coco, cerámica, cartón piedra e incluso de marfil conforman una colección de gran valor artístico. La peculiar selección incluye una muestra del mobiliario y complementos que han rodeado los juegos infantiles.

La vista y el olfato se activan con fuerza nada más entrar en el Museo del Perfume de Barcelona. Fue inaugurado en el año 1963 y en sus estanterías se exhibe más de 9.000 piezas, a través de las descubrir la evolución del perfume a través de la historia.

Euskadi

En la almendra de la ciudad de Vitoria (Álava) se encuentra el Palacio de Bendaña. Este edificio alberga el Museo Fournier de Naipes. Más de 20.000 barajas se distribuyen por sus salas, contando con algunos de los ejemplares más antiguos que se conservan en Europa, procedente del British Museum de Londres. Pueden verse desde un juego de naipes bordado en plata, o en oro, una baraja de forma redonda o la primera carta catalana hasta la evolución de las artes gráficas en la fabricación de los naipes.

El Museo de la Paz de la localidad de Gernika-Lumo (Vizcaya) ofrece un recorrido que trata de responder la pregunta ¿Qué es la paz? Se asienta en el bombardeo que sufrió este pueblo en 1937, momento que se recrea en la sala de estar de una casa y hace posible que el visitante viva y sienta la misma tragedia de entonces.

Extremadura

El Museo del Carnaval de Badajoz, fue el primer museo que se creó en nuestro país dedicado a esta fiesta. La colección del museo cambia frecuentemente, por lo que al menos una vez al año es obligatoria la visita a este museo, que recoge la tradición de uno de los mejores carnavales de España.

Galicia

Tras disfrutar de las aguas atlánticas de Fene (A Coruña) o admirar sus bosques, el viajero debe acercarse al Museo del Humor ubicado en el Centro Cultural. Dibujos, fotos y objetos pertenecientes a los mejores humoristas gráficos del mundo lo diseñan como un lugar único en España. Mediante las obras de autores como Tomy, Chumy Chúmez, Kosobukin o Mingote se obtiene un retrato irónico de la sociedad de los siglos XX y XXI.

Madrid

Es bien curiosa la historia que recoge el Museo Picasso del pueblo madrileño de Buitrago de Lozoya. Un testimonio de arte y afecto que se inicia en Francia en 1940, cuando el peluquero Eugenio Arias iba al domicilio del pintor todos los meses a cortarle el pelo. Durante 26 años cultivaron una entrañable amistad. Tras cuatro décadas de exilio, el barbero Arias regresó en 1977  a su pueblo natal con la singular colección de obsequios regalados por el artista.

Valencia

Casi 3.000 metros cuadrados ocupa el Museo de la Imprenta y las Artes Gráficas que cobijan los muros del Monasterio del Puig (Valencia). Posee dos joyas: una reproducción de la imprenta de Gutemberg y un ejemplar facsímil de la Biblia editado por él mismo.