La soledad y el abandono como formas de maltrato

Soledad y abandono como formas de maltrato a las personas mayores

Hoy 15 de junio, Día Mundial de Toma de conciencia del Abuso y Maltrato en las personas mayores, representa el único día del año en que el mundo entero expresa su oposición al abuso y al sufrimiento infligido a algunas de nuestras generaciones más mayores.

Con motivo de la celebración de este día, hemos querido reflexionar sobre uno de los muchos casos de maltrato que ocurren en nuestro país y que ha llegado a los medios de comunicación, aunque la realidad es que el abuso y maltrato a las personas mayores sigue siendo un tema tabú e invisible. Porque el abandono, también es una forma de maltrato.

Hace muy pocos días los medios de comunicación se hacían eco de la precaria situación que dos personas mayores, de 78 y 71 años de edad estaban viviendo, desde que sus familiares los ingresaron en el Hospital Insular de Gran Canarias hace seis meses y desde donde permanecen desde que sus familiares se negaron a llevarlos a casa. Entre cuatro paredes y rodeados por pacientes psiquiátricos, han permanecido medio año en un limbo dónde la soledad y el abandono les han acompañado en su día a día.

Además, el personal del hospital ha pedido que se les traslade «a un centro cualificado y en condiciones para que puedan continuar sus últimos años con la dignidad que se merecen». Por que sin duda, al hablar de maltrato también hablamos de la pérdida de la dignidad que sufren las víctimas.  Además, recalcar el derecho que toda persona tiene a recibir una atención y residir en un sitio adecuado a sus necesidades, sean estas las que sean.

Según datos de la ONU, alrededor de 114 millones de personas mayores de 65 años en todo el mundo han sufrido alguna forma de maltrato o situaciones de abuso. En nuestro país, el 7 % de los mayores de 65 años dicen haber sufrido algún tipo de abuso, ya sea por privación, maltrato psicológico y verbal, económico e incluso físico y sexual.

Desde la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados hemos denunciado el abandono por las familias pero también instamos a que las administraciones pongan todos los medios posibles para evitar que casos como el de Canarias, vuelvan a suceder. Ya que, lo que debería ser un mero trámite de derivación de internos de hospitales a residencias, se ha convertido en una cárcel de soledad y abandono durante medio año para dos personas.

Pero además del apoyo y los recursos de las administraciones, es necesario que las víctimas denuncien a las autoridades el maltrato para poder iniciar una investigación. Una investigación que la mayoría de los casos no se lleva a cabo, debido a la gran resistencia a la denuncia por parte de las víctimas. En muchos casos ese  miedo a denunciar  viene dado porque las personas mayores víctimas de malos tratos dependen económica y emocionalmente del maltratador. Según datos de la Secretaría de Estado de Seguridad, en el 90% de los casos las personas mayores víctimas de malos tratos no presentan denuncia. Hay que romper la barrera del miedo, concienciar a toda la ciudadanía la importancia que tiene denunciar, aunque sea de forma anónima, como se hace con la violencia de género.

Además, en un reciente informe que hemos publicado en colaboración con el Imserso y elaborado por el Instituto de Opinión Simple Lógica, nos muestra que el acceso a la información de actividades como solicitar ayuda a la dependencia, solicitar servicio de ayuda a domicilio (ya sea teleasistencia o plaza en residencia) y denunciar una agresión o maltrato, son consideradas como poco accesibles para las personas mayores.  La importancia de algunas de esas actividades supone una clara alerta social.

Sin duda, el punto de arranque para prevenir y paliar los malos tratos a las personas mayores comienza con la tarea de información y formación a toda la sociedad en su conjunto y a los profesionales que trabajan con las personas mayores en particular. Es por ello que desde el año 2003, en UDP organizamos cursos de prevención al maltrato a personas mayores. Dirigidos a profesionales de la atención sociosanitaria y a responsables de las administraciones públicas, estos cursos buscan sensibilizar a la sociedad y establecer protocolos de actuación que prevengan y detecten el maltrato.

Los malos tratos a las personas mayores pueden revestir muchas formas, desde la negligencia y el descuido o abandono en el cuidado diario hasta el abuso físico y psíquico, pasando por la falta de aporte de alimentos o medicación y otros tipos de abuso como el traslado de lugar, el ingreso en instituciones contra su voluntad, apropiación de sus bienes o el permitir a una persona con demencia deambular por las calles sin compañía. Por ello es fundamental la protección de los derechos de las personas mayores.