La CNSE alerta de la exclusión que afecta a las personas mayores sordas

La CNSE, Confederación Estatal de Personas Sordas, reclama a las Administración que se preste mayor atención a las necesidades de las personas mayores sordas de manera que se erradiquen situaciones de desamparo actuales o futuras, y se propicie tanto un envejecimiento activo, participativo y saludable como la adecuada accesibilidad a los servicios, y una vida digna de la población mayor sorda así como de aquellas personas sordas en situación de dependencia.

La entidad alerta de una evidente falta de compromiso con la accesibilidad e inclusión de un colectivo especialmente vulnerable, que no cuenta, entre los servicios públicos y privados existentes para el sector, con recursos que faciliten una atención adaptada a sus características específicas. Una situación que para  la presidenta de la CNSE, Concha Díaz, “está teniendo una repercusión importante en su vida cotidiana y provocando soledad, frustración y, sobre todo, un gran desamparo”.

En este sentido, la CNSE considera urgente el desarrollo de programas que faciliten a las personas mayores sordas servicios de teleasistencia y acompañamiento específicamente diseñados para atender sus necesidades. Actualmente estos programas, que dependen de las corporaciones locales y autonómicas,  son inaccesibles para las personas sordas por lo que es necesario incluir como criterio de adjudicación del concurso una teleasistencia accesible y adaptada a todo tipo de personas sordas que incluya la video-asistencia en lengua de signos.

Asimismo, la entidad exige que se garantice accesibilidad y atención especializadas en el ámbito de la atención sociosanitaria como los centros de día, las viviendas tuteladas y los servicios de atención domiciliaria, así como el establecimiento de centros residenciales adaptados para las personas mayores sordas, con inclusión de personal formado en lengua de signos y en estrategias de comunicación con personas sordas.

Al respecto, Concha Díaz se ha mostrado rotunda: “La Administración debe comprometerse con las necesidades y expectativas de este colectivo a través de la elaboración y puesta en marcha de un plan de atención a personas mayores sordas, para poner fin de una vez por todas a aquellas situaciones que generan dependencia en este colectivo, y combatir su vulnerabilidad y su riesgo de aislamiento”.