La brecha digital, la soledad y el aislamiento social en muchas personas del colectivo de mayores es uno de los mayores retos a los que se enfrentan las instituciones
La llegada de la Covid-19 ha tenido un efecto decisivo en la calidad de vida de las personas mayores. La crisis social y sanitaria es una realidad en muchos países del mundo, sin embargo, en nuestro país la pandemia ha producido un impacto de particular importancia debido a la gran longevidad alcanzada por la población en España.
La soledad y el aislamiento social en muchas personas del colectivo de mayores es uno de los mayores retos a los que se enfrentan las instituciones. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, más de 2 millones de personas mayores de 65 años viven solas en España, el 72,3% mujeres.
Esta situación ha propiciado que este colectivo se reinvente y haga uso de nuevos sistemas de comunicación. Sin embargo, las tecnologías de la información y comunicación (TIC) están suponiendo un verdadero un reto para las personas mayores en plena crisis sanitaria.
Las soluciones en comunicaciones relacionadas con las TIC han sido poco efectivas y esto ha generado una brecha digital entre la instauración de estas tecnologías y las personas mayores que no podían acceder, bien por desconocimiento o por falta de recursos telemáticos.
Por ello, es fundamental disponer de recursos que protejan a personas mayores no solo en aspectos relacionados con la salud, sino también con la calidad de vida. Asuntos tan importantes como la soledad y el aislamiento social, se han convertido en una prioridad.
La asistencia social y los nuevos retos digitales en la era de Covid
El II Informe del Monitor de impacto de la COVID en Servicios Sociales* analiza cómo se está viviendo la pandemia desde este punto de vista. El informe analiza aspectos como qué sectores poblacionales están reclamando más ayudas y cómo el cambio de los roles ha supuesto un cambio sustancial por parte de los profesionales de la asistencia social.
Tal y como indica el documento, dado el impacto de la pandemia, se ha producido un deterioro de la asistencia debido al cierre de centros y la suspensión, en muchos casos, de la asistencia personal.
Debido a esto, se ha producido un cambio en el perfil de las personas demandantes. Las personas mayores con dificultades emocionales derivadas del aislamiento y la soledad se han adaptado a nuevas formas de comunicación y socialización. Sistemas de mensajería instantánea y comunicación virtual, haciendo uso de las nuevas tecnologías móviles, son fundamentales para sortear este obstáculo.
¿Cómo podemos ayudar?
Es obvio que para muchas personas es difícil adaptarse a esta nueva realidad social, a esta “nueva normalidad”. Según datos obtenidos de Eurostat, casi la mitad de las personas entre 65 y 74 años que utilizan Internet cuentan con habilidades digitales bajas. Acciones tan habituales para mucha gente como mandar un correo electrónico, consultar sus movimientos bancarios o pedir una cita médica con un ordenador, puede suponer un obstáculo infranqueable para las personas mayores que no dispongan de recursos y personas que les ayuden.
Desde la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UPD) apostamos por llevar a cabo iniciativas que fomenten el envejecimiento activo a través de nuestra plataforma de formación. Debido a la crisis sanitaria de la Covid-19, hemos reformulado todas las actividades presenciales a formatos virtuales y online.
UDP apuesta por continuar empoderando al colectivo de mayores, a través de la formación online y la participación activa desde sus hogares o centros, sin tener que desplazarse entre comunidades o ciudades.
*Informe realizado por investigadoras de cinco universidades públicas (Universidad Complutense de Madrid, Universidad de las Islas Baleares, Universidad del País Vasco, Universidad de Salamanca y Universidad de Zaragoza) y financiado por el Instituto de la Administración Pública (INAP).
Redacción, MayoresUDP