La Biblioteca Virtual de la Ciencia y la Técnica en la Empresa Americana, recoge un total de 662 obras imprescindibles que aportan conocimientos esenciales, relacionados con la empresa americana y elaborados por polígrafos, es decir autores polifacéticos cuyo trabajo ha marcado un punto de inflexión en sus respectivos campos.
Entre las obras que se han incorporado se encuentran algunos de los grandes tratados, muchas veces manuscritos, que permitieron que la navegación de altura tuviera lugar, puesto que contenían una información muy valiosa sobre conocimientos matemáticos, cosmológicos y cosmográficos que permitió a los navegantes, fundamentalmente españoles y portugueses, cruzar el océano, llegar a América e iniciar una nueva etapa en la historia de la humanidad.
Durante el siglo XVI los tratados de náutica españoles dominaban el panorama europeo, tratados como, los de Martín Cortés, Breve compendio de la sphera y de la arte de navegar (1551); Pedro Medina, Arte de navegar (1545, el primero sobre esta materia en Europa) y Regimiento de navegación (1552); Diego García de Palacio, Instrucción náutica (México, 1587); Rodrigo Zamorano, Compendio de la arte de navegación (1581).
La aportación española al nuevo arte de navegar posibilitó las expediciones descubridoras y el mantenimiento, por primera vez en la Historia, de comunicaciones y transportes a escala planetaria. Ese “Arte de navegar”, primera fase de la náutica moderna, fue una de las más tempranas disciplinas “aplicadas”, es decir, una actividad apoyada en bases científicas de considerable complejidad.
Además, la expansión geográfica de los reinos de la Península Ibérica y la explotación colonial de inmensos territorios del Nuevo Mundo durante el s.XVI, modificarían los esquemas intelectuales de los europeos. La tarea duró siglos; los primeros de ellos conocieron el enorme esfuerzo de una serie de personajes, sobre todo españoles, como Gonzalo Fernández de Oviedo, Nicolás Monardes y, muy especialmente, Francisco Hernández que han marcado nuestra cultura científica.
El proyecto de esta Biblioteca Virtual, puesto en marcha por las Fundaciones Larramendi y Maphre, permite el acceso a esos manuscritos, así como a los mismos mapas, atlas y monografías que consultaron muchos de los descubridores para adentrarse en la infinidad de los mares, así como relevantes trabajos desarrollados por filósofos, matemáticos, astrónomos e interesantes publicaciones relacionadas con otras ciencias, como la botánica.
Este es el cuarto proyecto de estas características que ambas entidades ponen a disposición de la sociedad, después de desarrollar conjuntamente la Biblioteca Virtual de la Escuela de Salamanca (2011), la de Francisco Sánchez, el Escéptico (2012) y la Biblioteca de la Antigua Escuela de Traductores de Toledo (2013).
Las cuatro bibliotecas permiten el acceso a un total de 2.326 obras digitalizadas de acceso universal y gratuito.