Ana Vela-Rubio es a día de hoy la mujer más longeva de Europa, tras el fallecimiento de la italiana Emma Morano el sábado 15 de abril. Esta cordobesa, de Puente Genil, que nació el 29 de octubre de 1901, es también la cuarta persona más longeva del planeta, según ha informado el Grupo de Investigación Gerontológica que supervisa y certifica una clasificación de personas centenarias y ‘supercentenarias’ (es decir, más allá de 110 años de edad).
Según un reportaje publicado por la Fundación Salud y Comunidad, que gestiona la residencia La Verneda de Barcelona, donde reside, Ana Vela-Rubio quedó huérfana siendo niña y tuvo cuatro hijos con su pareja sentimental con quien no puso casarse porque la familia de él no aprobó esa unión. Actualmente viven dos de esos cuatro hijos. Es una mujer de «carácter fuerte, luchadora y ha sido siempre un ejemplo para sus hijos, a los que tuvo que criar prácticamente sola».
Precisamente, pudo salir adelante gracias a su habilidad con la aguja y el hilo y ha sido capaz de experimentar los horrores del siglo XX desde que comenzó con el paso de dos guerras mundiales y una Guerra Civil y su larga y terrible posguerra.
La clasificación de supercentenarios que certifica el Grupo de Investigación Gerontológica, está encabezada por Violet Braun, jamaicana, la persona viva más longeva del mundo con 117 años. Luego están dos japonesas, de 116 y 115 años respectivamente y después Ana Vela-Rubio.
En este particular ránking no aparece un hombre hasta el puesto 15, el polaco Israel Kristal, con 113 años, y es el único hombre entre las 40 primeras posiciones, el resto son mujeres, y es destacable que hay mayoría de japonesas, ya que de las 40 personas vivas más longevas del planeta, 18 son mujeres japonesas.