Las pensiones perderán un 7% de su poder adquisitivo hasta 2022

El presidente de la Autoridad Fiscal Independiente, la Airef, José Luis Escrivá, ha declarado en la comisión del Pacto de Toledo que sin medidas adicionales, se mantendrá un desequilibrio de la Seguridad Social en torno al 1,5% del PIB hasta principios de la próxima década. Lo que significa que las pensiones no subirán más del 0,25% actual hasta entonces.

El presidente de la AIReF dijo que la única forma de hacer frente a este desequilibrio de la Seguridad Social sería aportando al sistema cada año una cantidad equivalente al 1,5% del PIB (en torno a 15.000 millones de euros anuales) hasta principios de la década. El resultado sería el reequilibrio del sistema y la revalorización de las pensiones por encima del mínimo del 0,25%, pero todo ello a costa de un aumento del gasto público en pensiones a medio plazo, que implicaría un incremento de la deuda, de la presión fiscal y/o reducción de otros gastos.

Con una perspectiva a largo plazo, el presidente de la AIReF abogó por “actuar con prudencia y en base a estudios profundos”, teniendo en cuenta factores institucionales, demográficos y del propio mercado de trabajo. Según José Luis Escrivá, “las reformas adoptadas tienen efectos importantes en cuyo estudio es necesario profundizar”.

Los estudios preliminares presentados por la AIReF apuntan a una estabilización de la pensión de entrada en términos reales por encima de 1.300 euros, conteniendo el crecimiento que se hubiera producido en ausencia de la reforma. En términos agregados, la reformas paramétricas de 2011 y, en menor medida, el factor de sostenibilidad supondrían una contención del gasto de 5 puntos del PIB en 2050.

Además, “la evolución de la población, los flujos migratorios y la tasa de ocupación tienen un impacto decisivo sobre la sostenibilidad del sistema”. Como ilustración de la incertidumbre existente, la AIReF ha presentado dos escenarios alternativos con resultados muy dispares en el largo plazo.

El primer escenario, de carácter más pesimista, implica una caída de la población hasta 44 millones de habitantes y una tasa de ocupación que no superaría al final del periodo el máximo alcanzado antes de la crisis. Estos supuestos llevarían el gasto en pensiones hasta el 14,3 % del PIB en 2050.

No obstante, si se asumen unos supuestos alternativos menos pesimistas, como un incremento de la población en línea con el pasado hasta los 55 millones de habitantes y una tasa de ocupación similar a la que tienen otros países de nuestro entorno, el gasto en pensiones en 2050 se situaría en el mismo nivel que 2015, un 11% del PIB.

Por último, “el desempeño y las actuaciones de los agentes económicos, los responsables de política económica y los ámbitos democráticos de decisión van a ser cruciales para que la incertidumbre existente se reduzca y facilitar una evolución de estos factores en la dirección adecuada”.

Sobre la base de esta visión a largo plazo, el presidente de la AIReF señaló que la institución publicará en los próximos meses una Opinión que incluirá las siguientes líneas de recomendaciones:

  1.  Garantizar el equilibrio financiero de la Seguridad Social en el marco de la Comisión del Pacto de Toledo.
  2. Profundizar en el análisis de las reformas paramétricas ya realizadas para aquilatar sus efectos.
  3. Profundizar en el análisis de los distintos factores que inciden en el sistema de pensiones para acotar y entender la incertidumbre existente.
  4. Necesidad de análisis más detallado sobre los diferentes regímenes de Seguridad Social y tipos de pensiones.
  5. La Seguridad Social debe involucrarse en los ejercicios proyectivos incorporando sus conocimientos y fuentes de información.
  6. Se requiere una mayor transparencia por parte de la Seguridad Social.