7 secretos (que sabes) para envejecer bien

Mientras el cuerpo humano aparentemente está constituido por materia, en realidad es un campo de energía e inteligencia conectado a la mente. Ahora sabemos que lo que era considerado como una experiencia “normal” de envejecimiento –un descenso progresivo hacia la incapacidad física y mental – es en gran parte una respuesta condicionada. La mente influye en cada célula del cuerpo y por consiguiente el envejecimiento es fluido y cambiante. Puede acelerarse, retardarse, e incluso revertirse a sí mismo.

Hay estudios que demuestran la profunda influencia de la mente sobre el envejecimiento. Un estudio de la Psicóloga Ellen Langer, Ph.D. de la Universidad de Harvard demuestra que los llamados signos irreversibles de envejecimiento, incluyendo el deterioro del sistema auditivo, de la visión, de la destreza manual, la fuerza muscular, y la memoria, podrían ser revertidos a través de cambios psicológicos en la conciencia y el aumento en la actividad física y mental.

Estos siete pasos son caminos prácticos para conectar con tu reserva interna de energía ilimitada, creatividad, vitalidad y amor.

1. Cambia la percepción de tu cuerpo y del envejecimiento
La percepción es un acto selectivo de atención e interpretación. Lo que experimentas como “la realidad”, incluyendo tu cuerpo físico y tu propio envejecimiento, está conformado por tus hábitos de percepción. Mientras la mayoría de la gente está acostumbrada a ver su cuerpo como una máquina biológica estática, puedes empezar a verlo como un campo de energía, de transformación e inteligencia que se renueva a sí mismo constantemente.

Empieza a notar tanto tu diálogo interno como la forma en que te expresas de tu cuerpo y de su envejecimiento. Si te encuentras diciendo cosas como, “Estoy llegando a la edad en que necesito lentes para leer”, “Estoy muy viejo para hacer yoga” (o alguna otra actividad) ”Heredé la condición que tiene mi papá en su espalda” o algunas otras frases similares, toma la decisión consciente de cambiar la perspectiva y forma en que hablas de tu cuerpo y edad.

Ten en cuenta que tus células conocen lo que dices, así que a menos que desees tener la espalda de tu papá o cualquier otra cosa que sea “de familia” no alimentes esa semilla de intención en tu conciencia.

Una poderosa afirmación que puedes utilizar es: “Todos los días en todos los sentidos estoy incrementando mi capacidad física y mental”.

2. Reducción del estrés y meditación 
La Meditación es una herramienta simple y poderosa que nos lleva a un estado de relajación profunda que disuelve la fatiga y el estrés acumulado que acelera el proceso de envejecimiento. Durante la meditación, la respiración se vuelve más lenta, la presión arterial y ritmo cardiaco disminuyen al igual que los niveles de la hormona del estrés. Por su misma naturaleza, la meditación calma la mente y cuando la mente está en un estado de conciencia relajada, el cuerpo se relaja también.

Las investigaciones muestran que quienes meditan regularmente tienen menor tendencia a la hipertensión, enfermedades del corazón, ansiedad y otras enfermedades relacionadas con el estrés que aceleran el proceso de envejecimiento. Además, nuevos estudios han encontrado que la meditación restaura literalmente el cerebro. Un innovador estudio reciente llevado a cabo por el Hospital General de Massachusetts, hizo noticia al mostrar que ocho semanas de meditación no solo ayudan a que la persona se sienta más tranquila, sino que también se produjeron cambios en diversas áreas del cerebro, incluyendo el crecimiento en el lóbulo asociado a la memoria, la empatía, el sentido de sí mismo y la regulación de la tensión y estrés.

Cómo iniciar la meditación: es recomendable que las personas aprendan una práctica tradicional de meditación con un instructor calificado. De esta manera, sabes qué hacer en cualquier momento de la meditación y con cualquier experiencia que se presente.

3. Sueño tranquilo
Lograr un sueño reparador es clave esencial para mantenerte sano y vital. Esto es frecuentemente descuidado y menospreciado. Incluso hay una tendencia en algunas personas de jactarse de cómo pueden sobrevivir con tan pocas horas de sueño. En realidad, la falta de sueño reparador altera el equilibrio natural del cuerpo, debilita el sistema inmunológico y acelera el proceso de envejecimiento.

Los seres humanos generalmente necesitan entre seis y ocho horas de sueño reparador cada noche. Sueño reparador significa que no tengas necesidad de tomar medicamentos o alcohol para dormir, sino que fácilmente puedas dormir al acostarte, apagar luces y dormir más profundamente durante toda la noche. Si te sientes enérgico y vibrante cuando te despiertas, es que has tenido un sueño tranquilo y reparador; si te sientes cansado y sin entusiasmo, es que no lo has tenido.

También es muy útil descargar todos tus pensamientos del día en un diario antes de ir a la cama para que la mente no te mantenga despierto.

4. Nutre tu cuerpo con comida saludable
Hay comidas “muertas” que aceleran el proceso de envejecimiento, y otras que renuevan y revitalizan el cuerpo. Algunos alimentos que hay que eliminar y minimizar incluyen los enlatados, congelados, procesados en el microondas y los alimentos altamente procesados. Enfócate en comer una variedad de comida fresca y recién preparada.

Una forma simple de asegurarte de tener una dieta equilibrada, es incluir los seis sabores (dulce, salado, ácido, picante, amargo, astringente ) en cada comida. Los sabores picantes, amargos, y astringentes son antiinflamatorios e incrementan el metabolismo. Estos sabores se encuentran en alimentos como rábanos, jengibre, mostaza, chiles, espinacas, champiñones, té, lentejas y lechuga, entre otros.

5. Ejercicio
Los Drs. William Evans e Irwin Rosenberg de la Universidad de Tufts (Somerville/Medford, Boston) han documentado el poderoso efecto del ejercicio sobre muchos de los biomarcadores del envejecimiento, incluyendo la masa muscular, la fuerza, la capacidad aeróbica, la densidad ósea y el colesterol. No solamente el ejercicio mantiene el cuerpo joven, sino que preserva la mente viva y promueve el bienestar emocional.
Un programa completo de entrenamiento incluye ejercicios para desarrollar flexibilidad, acondicionamiento cardiovascular, y entrenamiento de fuerza muscular. Encuentra una actividad aeróbica que puedas hacer regularmente – tres o cuatro veces por semana en sesiones de veinte a treinta minutos es suficiente por lo general para obtener beneficios sustanciales. Después de que tu cuerpo se haya calentado, dedica de cinco a 10 minutos de estiramiento. También tendrás que incluir el entrenamiento de fuerza en tu programa para ejercitar regularmente los principales músculos del cuerpo y realizarlo de una manera regular y sistemática.

Lo importante es iniciar lentamente, y encontrar las actividades físicas que te agraden y hacerlas regularmente. Si lo más que puedes hacer actualmente es caminar alrededor de la manzana ¡hazlo!, y te sorprenderás de lo rápido que se incrementará tu fortaleza y entusiasmo para moverte y respirar.

6. Amor y amistad
El aislamiento y la soledad crean las condiciones para un rápido envejecimiento. Los ataques del corazón y la tasa de mortalidad se incrementan en aquellos hombres que han enviudado recientemente o que han sido despedidos de su empleo sin previo aviso y sin su consentimiento.

La solución es permanecer conectado y abierto a nuevas relaciones a lo largo de la vida. Resistirse al impulso de permanecer en semi-aislamiento porque asumes que la sociedad espera eso de ti. La pérdida de amigos o pareja es una parte inevitable del envejecimiento, y mucha gente no puede encontrar un reemplazo o carece de la motivación para ello. Por “reemplazo” no quiero decir una nueva pareja y familia (aunque es una posibilidad), sino vínculos emocionales que signifiquen algo para ti y le den significado a tu existencia. Ninguna cantidad de lectura o de televisión substituye el contacto humano que abriga el amor y el cuidado. Actividades efectivas para adultos mayores es involucrarse en programas de tutorías, educación y programas para la juventud.

7. Mantener una mente joven
Un antiguo aforismo dice: “la flexibilidad infinita es el secreto de la inmortalidad”. Cuando cultivamos la flexibilidad en nuestra conciencia, nos renovamos a nosotros mismos a cada momento y revertimos el proceso de envejecimiento. Los niños ofrecen la más clara expresión de apertura y flexibilidad. Ellos juegan y ríen libremente y se maravillan con las cosas más pequeñas. Son infinitamente creativos porque no han construido las capas de condicionamiento que crean limitaciones y restricciones.

Para mantener una mente joven escribe dos o tres cosas que puedes hacer que sean totalmente infantiles. Piensa en algo que te evoque la niñez, comer un cucurucho de helado, ir a un parque de juegos, hacer un dibujo, saltar una cuerda, construir un castillo de arena. Encuentra algo que te regrese el sentido del humor que tenías cuando eras un niño, incluso si piensas que ya has crecido y eliges alguna de esas actividades el día de hoy.

Mientras llevas a cabo la actividad de tu niñez, déjate llevar por el arquetipo despreocupado e inocente del niño. La sensación que estás buscando no es un retorno a la niñez, sino algo más profundo, como lo expresa el brillante terapeuta A.H. Almas: “Cuando miramos a un niño, vemos que la sensación de plenitud, de vitalidad intrínseca, de felicidad de ser, no es el resultado de algo más. Es solo el valor de ser uno mismo, no se debe a algo que uno hace deja de hacer. Es ahí, al inicio cuando éramos niños, pero lentamente lo fuimos perdiendo.” Al volver a experimentar nuestra naturaleza infantil, no sólo cultivamos una mente joven, sino que nos conectamos con la parte de nosotros que nunca ha nacido, ni nunca morirá – nuestra esencia espiritual.